EL PORTUGUES DE VIÑA DEL MAR/ Texto del libro PORTUGAL QUERIDO
Lo invitamos a leer PORTUGAL QUERIDO, el libro de los inmigrantes portugueses, sus historias reales y sus pensamientos. CONSULTAS a lusodescendientes@yahoo.com.ar
En 1840 el comerciante portugués Francisco Alvares compró las Haciendas Las Siete Hermanas a don José Manuel Cea y la Viña del Mar a don Benito Fernández Maqueira. Alvares estaba casado con Dolores Pérez, la cual influyó en la compra de campos en que crecían con exuberancia claveles, rosas, dalias y retamos.
El adinerado portugués tenía cinco barcos a vela con que comerciaba entre Macao, Filipinas y Acapulco. Vivía en la calle Victoria de Valparaíso, con un próspero negocio que consistía en abastecer de agua y abarrotes a buques mercantes y a fragatas de la escuadra.
La afición por las flores de doña Dolores indujo al visionario don Francisco Alvares a iniciar lo que llegaría a ser un gran negocio inmobiliario, que él no alcanzaría a realizar, debido a que falleció tres años más tarde (8 de octubre de 1843).
El único hijo de este matrimonio, don Francisco Salvador, era amante de los viajes alrededor del mundo. Cuando arribaba de vez en cuando a Valparaíso, aumentaba con diferentes especies el parque que su madre celosamente cuidaba.
Doña Dolores, que se empecinaba en no vender ni una pulgada de sus terrenos, debe haber observado con desiguales emociones los comienzos del trazado del ferrocarril del Valparaíso a Santiago en 1851. Acompañada de su única nieta, Mercedes, hija de don Francisco Salvador, visitaba frecuentemente las faenas que se desarrollaban por entero dentro de sus dominios.
Mercedes, en cambio, se fijaba en el joven agrimensor de facciones delicadas y simpáticas que trabajaba bajo la dirección de Mr. Paddison. Este joven de 20 años se llamaba José Francisco Vergara y sería su futuro esposo.
El matrimonio Vergara Alvares, recién en 1873, pudo empezar a realizar los planes de urbanización que durante años él había imaginado; primero como agrimensor del trazado ferroviario, luego como arrendatario de la hacienda de la familia de su novia, y una vez casado con doña Mercedes, como único heredero de esas tierras atravesadas por el ferrocarril que unía a Valparaíso con Santiago.
El 19 de febrero de 1941, ante el Notario de Valparaíso don Leoncio Rivera Cruzat, la Municipalidad de Viña del Mar adquirió la Quinta Vergara, venta que involucró los terrenos del parque y el palacio (de una superficie de 128.370 metros cuadrados y de la Hacienda Las Siete Hermanas con 173.370 metros cuadrados).
Fuente: Patrimonio-Municipalidad de Viña del Mar, Chile
En 1840 el comerciante portugués Francisco Alvares compró las Haciendas Las Siete Hermanas a don José Manuel Cea y la Viña del Mar a don Benito Fernández Maqueira. Alvares estaba casado con Dolores Pérez, la cual influyó en la compra de campos en que crecían con exuberancia claveles, rosas, dalias y retamos.
El adinerado portugués tenía cinco barcos a vela con que comerciaba entre Macao, Filipinas y Acapulco. Vivía en la calle Victoria de Valparaíso, con un próspero negocio que consistía en abastecer de agua y abarrotes a buques mercantes y a fragatas de la escuadra.
La afición por las flores de doña Dolores indujo al visionario don Francisco Alvares a iniciar lo que llegaría a ser un gran negocio inmobiliario, que él no alcanzaría a realizar, debido a que falleció tres años más tarde (8 de octubre de 1843).
El único hijo de este matrimonio, don Francisco Salvador, era amante de los viajes alrededor del mundo. Cuando arribaba de vez en cuando a Valparaíso, aumentaba con diferentes especies el parque que su madre celosamente cuidaba.
Doña Dolores, que se empecinaba en no vender ni una pulgada de sus terrenos, debe haber observado con desiguales emociones los comienzos del trazado del ferrocarril del Valparaíso a Santiago en 1851. Acompañada de su única nieta, Mercedes, hija de don Francisco Salvador, visitaba frecuentemente las faenas que se desarrollaban por entero dentro de sus dominios.
Mercedes, en cambio, se fijaba en el joven agrimensor de facciones delicadas y simpáticas que trabajaba bajo la dirección de Mr. Paddison. Este joven de 20 años se llamaba José Francisco Vergara y sería su futuro esposo.
El matrimonio Vergara Alvares, recién en 1873, pudo empezar a realizar los planes de urbanización que durante años él había imaginado; primero como agrimensor del trazado ferroviario, luego como arrendatario de la hacienda de la familia de su novia, y una vez casado con doña Mercedes, como único heredero de esas tierras atravesadas por el ferrocarril que unía a Valparaíso con Santiago.
El 19 de febrero de 1941, ante el Notario de Valparaíso don Leoncio Rivera Cruzat, la Municipalidad de Viña del Mar adquirió la Quinta Vergara, venta que involucró los terrenos del parque y el palacio (de una superficie de 128.370 metros cuadrados y de la Hacienda Las Siete Hermanas con 173.370 metros cuadrados).
Fuente: Patrimonio-Municipalidad de Viña del Mar, Chile
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