KAREN COGLIANDRO CON MAGIA Y FADOS INTIMOS
La tarde desapacible que
auguraba lluvia en la noche del domingo decidió irse de Buenos Aires, llevándose
el calor que agotaba y dejándonos una brizna que nos hizo respirar mejor y
trayéndonos algo más lindo todavía: un lugar lleno de magia como Criterio Bar,
donde todo pareció fluir naturalmente, dando paso al silencio para disfrutar de
la música del tango y del fado.
El sitio, en el que al
entrar pareciera haber retrocedido a los primeros años del siglo pasado, ya que
cuenta con long plays, máquinas de escribir colgadas de las paredes,
antiquísimas filmadoras donde se solía colocar los rollos que se movían a
manivela y decenas de objetos de esa época, nos trasladan, de varias maneras, a
un momento perdido que jamás volverá.
La calidez de Criterio
predispone a quien va para escuchar la música. Si a estos se suman un cantante y
una pianista que forman el dúo Alfredo y Verónica deleitando al público presente
con hermosas versiones de tango, ameniza mejor la velada musical.
Y si se le agrega al tango
el sentimiento hecho canción en la voz de Karen Cogliandro, que nos transporta
hacia otras tierras a través de su música, la noche, musicalmente hablando, es
completa.
Sencillez, talento, emoción
y gran amor por lo que hacen, o lo que es lo mismo, amor puro por la música fue
lo visto esta noche en Café Bar Criterio.
Sustantivos abstractos para
la definición idiomática. Pero mucho más que eso, si de música y momentos
compartidos se trata.
Me faltan palabras para
describir lo sucedido en este lugar, porque sucedieron tantas cosas mágicas, que
desbordan y me desbordan la noticia del espectáculo.
Entonces, cuento que fue,
por sobre todas las cosas, emotivo. Con esa palabra alcanza.
Andrea
Lopes
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