RICARDO MARTINS, POETA LUSODESCENDIENTE DE COMODORO RIVADAVIA
NUESTRAS HIJAS
(A mis hijas)
(A mis hijas)
¡Fíjate qué cosa ...! ya no son dos niñas
con las travesuras propias de la edad,
se hicieron mujeres, no nos dimos cuenta
forjando sus vidas ... con felicidad.
con las travesuras propias de la edad,
se hicieron mujeres, no nos dimos cuenta
forjando sus vidas ... con felicidad.
También para ellas pasaron los años,
les crecieron alas, pudieron volar
igual que palomas ... siempre están volviendo
al nido paterno, su primer hogar.
les crecieron alas, pudieron volar
igual que palomas ... siempre están volviendo
al nido paterno, su primer hogar.
¡Son las hijas vieja ...! nuestras mismas sombras
que al pasar la vida vamos reflejando,
hasta que un buen día, con sus propias luces
las de nuestras nietas, van acompañando.
que al pasar la vida vamos reflejando,
hasta que un buen día, con sus propias luces
las de nuestras nietas, van acompañando.
No te pongas triste ... es ley de la vida
que nosotros mismos cumplimos también
¿Te acordás mi vieja...? Con iguales sueños
pasó tanto tiempo y parece recién.
que nosotros mismos cumplimos también
¿Te acordás mi vieja...? Con iguales sueños
pasó tanto tiempo y parece recién.
¡Alégrate vieja ...! que no estamos solos,
hoy nuevos pichones emprenden sus vuelos
por dos que marcharon, regresaron cuatro.
Ellas ya son madres .... nosotros abuelos.
hoy nuevos pichones emprenden sus vuelos
por dos que marcharon, regresaron cuatro.
Ellas ya son madres .... nosotros abuelos.
Fue siempre la vida, marcar un destino ...
primero son fulgores, más tarde despojos
sobre nuestras huellas hoy transitan ellas,
para cuando viejos ... cierren nuestros ojos.
primero son fulgores, más tarde despojos
sobre nuestras huellas hoy transitan ellas,
para cuando viejos ... cierren nuestros ojos.
Ricardo Martins
Su padre, "el abuelo Ventura", es parte del libro Portugal Querido.
Envíe sus textos y comentarios a lusodescendientes@yahoo.com.ar
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