EL CICLISTA CARLOS VIEIRA CUMPLIO SU OBJETIVO Y FUE RECIBIDO EN OLAVARRIA
Historias reales de la inmigración portuguesa, relatadas desde el corazón, en un libro único: PORTUGAL QUERIDO. Regale un ejemplar para el DIA DEL PADRE. Pídalo a lusodescendientes@yahoo.com.ar
Historia de vida especial la del portugués Carlos Vieira. De pibe la pasó mal, porque nunca conoció a su padre y eso es doloroso para cualquier chico, por lo que su mamá fue la que bancó la casa para darle de comer a él y a sus cuatro hermanos, en la ciudad de Leiría. Pero para paliar semejante dolor, un día, a los 7 u 8 años, se enamoró del ciclismo y a partir de allí la bicicleta fue el gran amor de su vida.
Aunque comenzó a andar en bicicleta a los 14, cuando pudo tenerla. Y hasta el día de hoy, día a día, su novia de dos ruedas siempre anda con él, y junto con ella ha logrado un par de hazañas que le han permitido entrar al Libro Mundial Guinness de los récords.
La historia cuenta que una vez estaba mirando una carrera de ciclismo y sucedió algo que hizo que a partir de allí su vida tomara un destino ligado íntimamente a la bicicleta. "Pasaban los ciclistas profesionales por mi tierra, Leiría, y en un momento de la etapa que unía Porto y Lisboa, que es una prueba clásica de Portugal, pasó un accidente. Era un 10 de junio. Yo era chico, tenía entre siete y ocho años; venía el equipo de Sporting y como hacía mucho calor, una señora le quiso dar agua a los ciclistas, con un balde de hierro. Pero cuando quiso tirarle el agua, se le escapó de las manos y volteó al primero del pelotón, y detrás de él cayeron todos los ciclistas que venían. El equipo de Sporting, con sus camisetas verdes y blancas, quedó tirado en el suelo. Cayeron los de adelante y los de atrás. Yo me fui a mi casa a llorar, me emocionó, me golpeó todo eso. Me dolió en realidad. Inclusive llamaron a los bomberos para socorrer. Después de ahí me gustó el ciclismo y me hice fanático del Sporting" comentó Carlos, quien esta semana estuvo en nuestra ciudad para participar del festejo de los 50 años de la Sociedad Portuguesa, e inclusive fue recibido por el intendente Ezequiel Galli y también participó del desfile patrio del 25 de Mayo, con la delegación lusitana, además de realizar una etapa simbólica (antes de ir al palacio municipal) desde Azul hasta Olavarría, siendo recibido por los dirigentes portugueses olavarrienses y por la Federación Ciclista local.
"Por azar o por el destino, terminé corriendo, siendo más grande, en el equipo de Sporting de Portugal. Corrí con Joaquín Agustín, el mejor de todos los tiempos de mi país, y corrimos juntos en el ´69 y el ´73 integrando el equipo de Sporting. También corrí para el servicio militar y para los bomberos voluntarios de Leiría, ya que también fui bombero profesional -que en mi país son pagos-, además de ciclista" agregó Carlos.
"La primera carrera que hice fue a nivel local, en el circuito de Leiría. Antes de ir a Sporting representé al Fútbol Club de Alberque, pero lo que más me gustó fueron las maratones de ciclismo, porque yo siempre tuve un espíritu de sufrimiento, me gusta sufrir. Lo mío era sacrificio y entrenamiento. Es que de chico yo viví en la mendicidad, anduve durante cuatro años en la calle. Fue duro todo eso. Anduve pidiendo monedas en la calle, porque nunca tuve padre, y mi familia era mi mamá y cuatro hermanos. Yo soy el segundo (el mayor ya murió). Ahora tengo 64 años" siguió contando Vieira, quien pese a pasar momentos difíciles jamás se le borra la sonrisa.
"Las maratones de ciclismo son tradicionales en Europa. Y las hago por cuenta propia, salgo a pedalear muchos kilómetros. Hice la prueba entre el Vaticano – Fátima, dos veces, y son más de 3 mil kilómetros; también Lisboa – París, una vez, y Leiría – París, una vez. Y otra importante en Estados Unidos, de costa a costa, así que uní Santa Mónica (California) y Nueva York. En esas visitas al Vaticano estuve con los dos papas, con Juan Pablo II y ahora con Francisco, quien me recibió especialmente en abril de 2014" dice emocionado, mientras era escuchado por los integrantes de la Sociedad Portuguesa, que hicieron de intérpretes.
Carlos Vieira es reconocido internacionalmente. Hace pruebas de veteranos en todo el mundo, participa en el Campeonato del Mundo de veteranos o masters en representación de la Unión de Ciclismo de Leiría, por equipos. En 1983 fue el primer récord Guinness en Leiría. "Lo logré en el estadio Municipal corriendo entre el 8 y el 16 de junio, sin parar. Fueron 191 horas ininterrumpidas, sumando 3.300 kilómetros. Me alimentaba arriba en la bicicleta, con un equipo de apoyo de día y otro de noche, en el que inclusive estuvo Mario Rodrigues (vino a Olavarría como dirigente, esta semana, procedente de Leiría). Siempre había gente conmigo para asistirme y alentarme, y paraba solamente para hacer las necesidades fisiológicas", recuerda. A su vez, Mario contó que en el asiento de la bicicleta le ponían trozos de carne de vaca para evitar que su cola tuviera roce directo y no se lastimara.
"La experiencia en Olavarría fue muy buena. Fuimos muy bien recibidos por el pueblo, así como por la gente de la Sociedad Portuguesa y por las autoridades municipales, así que les agradezco de corazón a todos. Para mí es algo inolvidable" terminó diciendo Carlos, quien también fue reconocido en la fiesta del 50o aniversario realizada el sábado pasado. Ahora regresará a Leiría, su ciudad, donde lo espera su familia: su esposa Zulmira Lima (58), ("que me tiene mucha paciencia", dice) y sus dos hijos, Carla (42) y Helder (40), y su nieta Iara (7). En estos días, la bicicleta de carbono -que fuera estrenada en la prueba entre el Vaticano y Fátima-, que cuesta 6.500 euros y pesa sólo siete kilos, tendrá su descanso.
Dos récords
Carlos Vieira tiene dos récords mundiales que le permitieron ingresar al Libro Guinness. Uno fue en 1990, cuando pedaleó durante 25 horas y 5 minutos en los denominados rolos, entre Nueva York y New Jersey (Estados Unidos), superando la marca anterior que era de 24 horas y 30 minutos. Y el otro récord fue en 2014, cuando en rolos pedaleó encima de un carro de bomberos, en el estadio Municipal de Leiría, durante 15 horas y 13 minutos.
Diario EL POPULAR, de Olavarría
Historia de vida especial la del portugués Carlos Vieira. De pibe la pasó mal, porque nunca conoció a su padre y eso es doloroso para cualquier chico, por lo que su mamá fue la que bancó la casa para darle de comer a él y a sus cuatro hermanos, en la ciudad de Leiría. Pero para paliar semejante dolor, un día, a los 7 u 8 años, se enamoró del ciclismo y a partir de allí la bicicleta fue el gran amor de su vida.
Aunque comenzó a andar en bicicleta a los 14, cuando pudo tenerla. Y hasta el día de hoy, día a día, su novia de dos ruedas siempre anda con él, y junto con ella ha logrado un par de hazañas que le han permitido entrar al Libro Mundial Guinness de los récords.
La historia cuenta que una vez estaba mirando una carrera de ciclismo y sucedió algo que hizo que a partir de allí su vida tomara un destino ligado íntimamente a la bicicleta. "Pasaban los ciclistas profesionales por mi tierra, Leiría, y en un momento de la etapa que unía Porto y Lisboa, que es una prueba clásica de Portugal, pasó un accidente. Era un 10 de junio. Yo era chico, tenía entre siete y ocho años; venía el equipo de Sporting y como hacía mucho calor, una señora le quiso dar agua a los ciclistas, con un balde de hierro. Pero cuando quiso tirarle el agua, se le escapó de las manos y volteó al primero del pelotón, y detrás de él cayeron todos los ciclistas que venían. El equipo de Sporting, con sus camisetas verdes y blancas, quedó tirado en el suelo. Cayeron los de adelante y los de atrás. Yo me fui a mi casa a llorar, me emocionó, me golpeó todo eso. Me dolió en realidad. Inclusive llamaron a los bomberos para socorrer. Después de ahí me gustó el ciclismo y me hice fanático del Sporting" comentó Carlos, quien esta semana estuvo en nuestra ciudad para participar del festejo de los 50 años de la Sociedad Portuguesa, e inclusive fue recibido por el intendente Ezequiel Galli y también participó del desfile patrio del 25 de Mayo, con la delegación lusitana, además de realizar una etapa simbólica (antes de ir al palacio municipal) desde Azul hasta Olavarría, siendo recibido por los dirigentes portugueses olavarrienses y por la Federación Ciclista local.
"Por azar o por el destino, terminé corriendo, siendo más grande, en el equipo de Sporting de Portugal. Corrí con Joaquín Agustín, el mejor de todos los tiempos de mi país, y corrimos juntos en el ´69 y el ´73 integrando el equipo de Sporting. También corrí para el servicio militar y para los bomberos voluntarios de Leiría, ya que también fui bombero profesional -que en mi país son pagos-, además de ciclista" agregó Carlos.
"La primera carrera que hice fue a nivel local, en el circuito de Leiría. Antes de ir a Sporting representé al Fútbol Club de Alberque, pero lo que más me gustó fueron las maratones de ciclismo, porque yo siempre tuve un espíritu de sufrimiento, me gusta sufrir. Lo mío era sacrificio y entrenamiento. Es que de chico yo viví en la mendicidad, anduve durante cuatro años en la calle. Fue duro todo eso. Anduve pidiendo monedas en la calle, porque nunca tuve padre, y mi familia era mi mamá y cuatro hermanos. Yo soy el segundo (el mayor ya murió). Ahora tengo 64 años" siguió contando Vieira, quien pese a pasar momentos difíciles jamás se le borra la sonrisa.
"Las maratones de ciclismo son tradicionales en Europa. Y las hago por cuenta propia, salgo a pedalear muchos kilómetros. Hice la prueba entre el Vaticano – Fátima, dos veces, y son más de 3 mil kilómetros; también Lisboa – París, una vez, y Leiría – París, una vez. Y otra importante en Estados Unidos, de costa a costa, así que uní Santa Mónica (California) y Nueva York. En esas visitas al Vaticano estuve con los dos papas, con Juan Pablo II y ahora con Francisco, quien me recibió especialmente en abril de 2014" dice emocionado, mientras era escuchado por los integrantes de la Sociedad Portuguesa, que hicieron de intérpretes.
Carlos Vieira es reconocido internacionalmente. Hace pruebas de veteranos en todo el mundo, participa en el Campeonato del Mundo de veteranos o masters en representación de la Unión de Ciclismo de Leiría, por equipos. En 1983 fue el primer récord Guinness en Leiría. "Lo logré en el estadio Municipal corriendo entre el 8 y el 16 de junio, sin parar. Fueron 191 horas ininterrumpidas, sumando 3.300 kilómetros. Me alimentaba arriba en la bicicleta, con un equipo de apoyo de día y otro de noche, en el que inclusive estuvo Mario Rodrigues (vino a Olavarría como dirigente, esta semana, procedente de Leiría). Siempre había gente conmigo para asistirme y alentarme, y paraba solamente para hacer las necesidades fisiológicas", recuerda. A su vez, Mario contó que en el asiento de la bicicleta le ponían trozos de carne de vaca para evitar que su cola tuviera roce directo y no se lastimara.
"La experiencia en Olavarría fue muy buena. Fuimos muy bien recibidos por el pueblo, así como por la gente de la Sociedad Portuguesa y por las autoridades municipales, así que les agradezco de corazón a todos. Para mí es algo inolvidable" terminó diciendo Carlos, quien también fue reconocido en la fiesta del 50o aniversario realizada el sábado pasado. Ahora regresará a Leiría, su ciudad, donde lo espera su familia: su esposa Zulmira Lima (58), ("que me tiene mucha paciencia", dice) y sus dos hijos, Carla (42) y Helder (40), y su nieta Iara (7). En estos días, la bicicleta de carbono -que fuera estrenada en la prueba entre el Vaticano y Fátima-, que cuesta 6.500 euros y pesa sólo siete kilos, tendrá su descanso.
Dos récords
Carlos Vieira tiene dos récords mundiales que le permitieron ingresar al Libro Guinness. Uno fue en 1990, cuando pedaleó durante 25 horas y 5 minutos en los denominados rolos, entre Nueva York y New Jersey (Estados Unidos), superando la marca anterior que era de 24 horas y 30 minutos. Y el otro récord fue en 2014, cuando en rolos pedaleó encima de un carro de bomberos, en el estadio Municipal de Leiría, durante 15 horas y 13 minutos.
Diario EL POPULAR, de Olavarría
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