Fado Argentino en el Festival de Fado/ ANDREA LOPES: MI SENTIDO ENCUENTRO CON ANA MOURA EN RÍO DE JANEIRO


ANA MOURA. Así, en mayúsculas, porque es gigante, arriba y abajo del escenario. Indiscutible. Sencilla hasta decir basta. Gran combinación de talento y humildad, para mí, cuestiones básicas. Terminado el show que ella dio en el Primer Festival de Fado realizado en la ciudad de Río de Janeiro, me fui al backstage (donde bajan de los camarines los artistas para salir del teatro).
Cuando la vi en el hall, me acerqué para saludarla y decirle que ella había tenido un gran gesto conmigo al dejar por un momento su apretada agenda, para colocarse frente a la computadora y responder unas preguntas que le había mandado a su representante en Lisboa, quien me dijo que se las iba a mandar a Ana, pero que al estar ella en plena gira por Europa, iba a demorar. Bien, esa “demora” entre el primer contacto con su representante y las respuestas enviadas, fue solo de quince días, cuestión que me dejó absolutamente sorprendida y, por supuesto, le dije al representante que haga extensivo a Ana mi absoluto agradecimiento por el gesto.
Su carácter, siempre con buena predisposición con su público, sonriendo, ayudan a que no sintamos que estamos frente a una estrella de su dimensión. Quedé muy sorprendida cuando ella me dijo que se acordaba de mí y de haber contestado para hacer esa entrevista a un medio argentino.
Pero no solo volví a agradecerle por ese gesto, sino además le aconsejé una cosa: que no cambie su carácter, su forma de ser, ya que era una muy buena persona y eso se notaba, se transmitía y es esa forma tan humilde, aún siendo la talentosa artista lo que les gusta a todas las personas. Y, mientras le decía esas palabras Ana se mantenía en un silencio tan respetuoso por mis palabras, con una profunda y sensible mirada, que guardaré para siempre en mi memoria sus gestos de esos segundos donde pude hablar francamente a una de las máximas figuras del fado portugués, mientras a ella se la notaba visiblemente emocionada.
Aproveché este momento único para entregarle en propia mano los cds de los cantantes argentinos que se dedican a la difusión de la música portuguesa en mi país y, obviamente, para sacarme una foto con ella. Justo en ese momento, cuando Ana estaba con los cds, apareció un señor con una caja donde tenía cds del último álbum discográfico de Moura: “Desfado”, cd que busqué durante mucho tiempo sin conseguirlo y entonces, cuando le pregunté al hombre cuánto costaba, ella, sin dudarlo, tomó uno de los álbumes y me dijo: “este es un regalo mío para ti” y, sin dudarlo lo abrió para autografiármelo. Un gesto que no tiene palabras.
La defino como lo que es. GRANDE. Con todo lo que implica, en el sentido de grandeza. Sin dudas, un gran momento de mi vida. Inolvidable. Porque no terminaba de saludarme y despedirse de mi, entre besos y abrazos, como si la emoción del momento la hubiera embargado a ella también y no solo a mi por obvias razones. Se supone que debería estar acostumbrada a que le digan estas cosas. O tal vez no, sentirse valorada de verdad desde el plano humano y no solo artístico. Quizás eso le provocó emoción, saber que una persona deja su país para ir a verla, por su talento artístico que está al mismo nivel que su talento humano. Cuestión difícil de encontrar en estos momentos.
Y, mientras se despedía provisoriamente de mi, ya que la palabra definitivamente no me gusta, dijo con su mejor sonrisa y, sin dudarlo le creo: “nos vemos en Buenos Aires”. Ojalá pueda venir hasta Argentina. Ojalá. Sería un honor volver a presenciar un espectáculo de Ana Moura, de su presencia, talento, humildad y don de gente.

Andrea Lopes

Envíe sus textos y comentarios a lusodescendientes@yahoo.com.ar

Comentarios

Entradas populares