La crisis portuguesa causa la mayor ola migratoria desde los 70

 Portugal hace de nuevo la maleta para buscar un futuro fuera del país. Según datos del Gobierno publicados ayer por el Diário de Notícias, el éxodo alcanzó grandes dimensiones el año pasado -el del rescate internacional-, pues 150.000 personas se marcharon al extranjero, según datos facilitados por el secretario de Estado de las Comunidades Portuguesas, José Cesário. Se trata de una cantidad enorme, que se aproximaría a la de la época de mayor flujo de la emigración lusa, la de los años sesenta y setenta, pues en 1970 salieron 183.205 personas, lo que supuso el récord histórico.

Esta intensidad del presente éxodo supera ampliamente al que se está registrando en España, que, según la información oficial disponible no pasaría de, como mucho, 40.000 el número de emigrantes nacidos en el territorio español -es decir, sin contar a los inmigrantes nacionalizados que vuelven a sus países de origen-. De todas formas, en el caso portugués no se trata por ahora de una cifra oficial, sino una estimación que realiza el Gobierno y que da continuidad a las que efectuó en los últimos años el ahora ministro de Economía, Álvaro Santos Pereira, el más polémico de los miembros del Gobierno que preside el conservador Pedro Passos Coelho. Santos Pereira, que era profesor de la Universidad de Vancouver, escribió varios libros sobre la crisis lusa en los que sostenía que del 2007 al 2010 se mantuvo un flujo constante anual de 100.000 portugueses que buscaban trabajo en el extranjero, aunque el Gobierno de entonces, del socialista José Sócrates, no lo quería admitir.

Ese ritmo se habría acelerado en el 2011 como consecuencia del recrudecimiento de la crisis económica, al intensificarse las políticas de austeridad tras el rescate internacional, suscrito en la primavera del año pasado por el Gobierno de Lisboa con el FMI y la UE. En el último trimestre del 2011 el PIB registró una caída del 2,7% en tasa interanual y el paro se disparó hasta el 14%, una tasa que si bien resulta muy inferior a la española supone un nivel elevadísimo para un Portugal que a comienzos de este siglo tenía una tasa que estaba por debajo del 5%.

Durante el siglo XX la emigración portuguesa siguió una evolución paralela a la española, pues primero, según una corriente que ya empezó en el siglo XIX, se dirigió hacia América Latina. En los años sesenta comenzó la segunda ola, con destino a la Europa más desarrollada. Entre los principales países de destino aparecen Francia, Alemania y Suiza.

Ahora Portugal se halla inmersa en lo que ya se conoce como la tercera ola migratoria. Ya en el 2007 hubo 108.388 ciudadanos lusos que se fueron a trabajar al exterior, debido a la crisis económica que arrastra desde la entrada en el euro. En la pasada década España era uno de los destinos de los portugueses, que iban en masa a trabajar en la construcción. En las zonas fronterizas, como en Galicia, volvían los fines de semana a casa o incluso dormían en Portugal y acudían al tajo en las furgonetas, las conocidas como carrinhas.

España ha dejado de ser un país atractivo, pero lo siguen siendo otros destinos tradicionales europeos como Suiza, Francia y Reino Unido. En Londres, la agencia de colocación laboral de Domingos Cabeças asegura recibir diariamente entre 80 y 100 solicitudes de compatriotas que buscan un empleo. "Vienen a buscar cualquier cosa para comenzar, orientarse y después ir mejorando", explicó Cabeças. Reino Unido es también el país que está recibiendo el mayor número de nuevos inmigrantes españoles.

Pero para los portugueses hay otras tierras de promisión fuera de Europa, como nuevamente Brasil y las antiguas colonias africanas de Mozambique y Angola. También se ha detectado un rebrote del flujo hacia EE.UU., tradicional en los archipiélagos atlánticos de Madeira y las Azores.


Anxo Lugilde | Lisboa
Enviado especial
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