MAFALDA ARNAUTH EN BUENOS AIRES HABLA DEL FADO

Mafalda Arnauth: Un ritual con uno mismo


Así define esta cantautora portuguesa al fado, el género en el que se especializa, y hoy interpreta en el Coliseo con el guitarrista argentino Ramón Maschio.Mafalda Arnauth, una de las grandes voces de la actual escena portuguesa, vuelve a presentarse hoy en Buenos Aires, tras su primera y única actuación en 2004. Arnauth nació en los alrededores de Lisboa en 1974, en una familia común y corriente. “No creía que la música pudiese ser una profesión para mí -cuenta a Clarín poco después de su arribo a la Argentina-. Nunca recibí ese tipo de educación. Empecé a actuar de manera más o menos profesional cuando estaba en tercer año de la carrera de veterinaria, profesión que elegí como podría haber elegido cualquier otra. Simplemente, amaba los animales”. Arnauth finalmente abandonó la facultad, pero no los animales: vive con la sola compañía de tres gatos en el pueblo de Cascais, a 30 kilómetros de Lisboa.

Lleva grabados siete álbumes.

Fadas , el más reciente, fue lanzado en Portugal en 2010 y Sony acaba de editarlo en la Argentina. A diferencia de los trabajos anteriores, que incluyen varias composiciones propias, es un disco de fados clásicos. “En Fadas he decidido cantar algunas de las voces de estas mujeres únicas, que fueron influencias claves en mi evolución y desarrollo como cantante de fado: Amália Rodrigues, Herminia Silva, Fernando Baptista, Celeste Rodrigues y Beatriz da Conceicao.” En esas cantantes tradicionales el patrón de los arreglos era por lo general muy fijo, muy estable, pero en esta evocación de Arnauth hay un sonido más abierto, ya desde el primer tema, Antigamente , tal vez entre otros motivos por el estilo de la guitarra española, que suena un poco más abolerada. “Esa guitarra española -explica ella- es en realidad una guitarra argentina, la de Ramón Maschio, un músico con el que estoy trabajando desde hace siete años para crear una sonoridad un poquito diferente. Siempre tuve un respeto muy grande por la guitarra portuguesa (cuyas cuerdas dobles de acero y la forma de la caja le dan su sonido particular), pero el timbre de la guitarra clásica, ya sea en el fado o en otra música melódica, es una pasión para mí. En cuanto fadista, tuve la necesidad de elegir los sonidos que me definían, y tal vez la guitarra clásica se mi instrumento de elección. También está la necesidad de tener un acordeón o, como en este disco, un chelo o un saxo. Yo imagino un fado como si estuviera contando una historia, y si hablamos siempre en el mismo idioma, en el mismo tono, llega un momento en que la conversación se repite. Tengo necesidad de expresarme con distintos tonos.” La monotonía, ¿es un defecto del fado? Es un vicio, pero no es mala. En el fado pasa eso: que después de cincuenta años la gente sigue cantando los mismos diez o quince fados, y lo hacen con la misma dedicación con que lo hacían entonces. Es increíble. Yo tengo un poquito más de resistencia a la monotonía, pero respeto mucho a esta gente que sigue invariable. Es como una oración, un Padre Nuestro.

¿Puede pensarse que en el fado hay más ritual que en otras músicas? Sin duda. El fado se canta como un un ritual, un ritual consigo mismo y con toda la existencia. Se canta con los santos, se le pide ayuda a los santos. Entre los cantantes antiguos esa es una motivación y una inspiración muy fuerte.

¿Eso vuelve las transformaciones más difíciles? Ciertamente. Una tiene que sentirse confortable con los riesgos que toma. Saber que no va a crear algo nuevo de inmediato. Hay que tomarse su tiempo, aunque hay gente que siempre espera algo diferente. No quiero ser polémica ni provocadora.

Mafalda Arnauth canta y compone. “Intento hacer letras y músicas, ya que una frase poética por lo general viene con su música, pero también llega un momento en el que una se bloquea. Y aquí Ramón Maschio juega un rol fundamental, más todavía porque viene de otro género, que es el tango. Es mi gran ayuda: yo tomo una dirección y él viene a poner todas las grandes placas de información.” Maschio vive en Buenos Aires. “Dos meses al año viene a hacer una gira a Portugal. Cuando actuamos, hacemos la historia de nuestra amistad en canciones, donde están los fados que yo compuse, los que compusimos juntos, y ahí aparecen también todas las influencias: Pablo Milanés, Mercedes Sosa, Charles Aznavour, Atahualpa Yupanqui, para no hablar de la música brasileña... Mi alma es profundamente portuguesa, pero crecí en un horizonte muy abierto. Soy fadista, pero soy también posdictadura.”

CLARIN

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